Argentina nos ha brindado espectaculares paisajes, desde la extensa Patagonia a los glaciares de la cordillera andina como el famoso Perito Moreno. Tierra de guanacos, llamas, vicuñas y pumas. Carnes asadas y buenos vinos. Y la mejor carretera que hemos recorrido hasta el momento, la Ruta 40.
Cruzamos a Argentina en coche por el paso de Chile Chico – Los Antiguos y hicimos noche en el Perito Moreno. ¿En el Glaciar? No, no… Aquí en Sudamérica tienen la costumbre de ponerles los mismo nombres a calles, pueblos, glaciares… Después nos dirigimos al sur por la famosa Ruta 40 (aquí tenéis el link de esta maravillosa Ruta 40) y antes de llegar al glaciar del Perito moreno pasamos por el pueblecito del Chaltén, una pequeña villa turística a los pies del imponente Fitz Roy y que se ha convertido en capital del trekking argentino. De allí llegamos al gigante Perito Moreno, de los pocos o el único glaciar que sigue aumentando de tamaño pese al cambio climático. Fue impresionante ver como se desprendían las enormes paredes de hielo resonando su estruendo en todo el lugar.
Disfrutamos de carreteras espectaculares en este Road Trip por Argentina, desde los Andes Patagónicos a las zonas de La Pampa. Esquivamos guanacos, vicuñas e hicimos un picnic con un par de viudas negras. Pasamos por las lagunas secas y los salares del norte.
En nuestro paso por Buenos Aires disfrutamos de la vida de la ciudad porteña, sus teatros, los automóviles destrozados que recuerdan la época del corralito, el tango, sus barrios emblemáticos y la vida incansable de una ciudad con mucha historia. Disfrutamos de grandes debates a la argentina sobre el peronismo y el kirchnerismo, sobre Boca y River, todo siempre acompañado con choripanes, provoleta y un magnífico asado a cargo de nuestro anfitrión Fernando, que además nos hizo descubrir una de nuestras nuevas bebidas favoritas, el Fernet con cola!
De Buenos Aires nos dirigimos a la zona de los parques de Ischigualasto y Talampaya. Allí nos encontramos al doble de Messi, vimos La Catedral, una formación rocosa que se parece a la Sagrada Familia, tomamos buenos vinos y nos fascinamos con la belleza de la Ruta 40 rodeada en esta zona por cerros y quebradas de decenas de colores. Cruzamos salares y bajamos la famosa Cuesta del Obispo hasta llegar al cerro de los 7 colores en Purmamarca.
Nos fuimos con la sensación de tener mucho más por ver, que dejamos amigos en tierras argentinas y que en cuanto podamos volveremos para poder dominar el argentino para decir cosas así:
«- Che pibe, que quilombo!
– Tal cuál!
– El boliche esta copado y re cheto, lleno de pibes y minas.
– Bueno te dejo que mañana laburo, boludo!
– No seas pecho frío que aun tenemos plata!
– Vamos a chamuyar luego ya tomaré el subte o el colectivo.
– Dale! Sos un pibe macanudo!»