Argentina: No hay plata

Cuando llegamos a Argentina lo hicimos solo con algunos dólares en la billetera y lo que nos había sobrado de nuestra etapa por Chile en pesos. Llegamos al pueblo Perito Moreno y nos fuimos a los cajeros de los dos bancos que había, el Banco Santa Cruz y el Banco de la Nación Argentina. En ambos nuestra tarjeta de EVO banco no funcionaba, nos daba error o nos decía que no teníamos saldo suficiente. Estábamos tan bien acostumbrados a que nos funcionara siempre que nos pilló por sorpresa. Probamos nuestra tarjeta del Banco Sabadell y tampoco funcionó.

Deducimos que debía ser un error del cajero y buscamos un hotel en el que pasar la noche y nos aceptara los pesos chilenos para pagar. Al ser un pueblo fronterizo no hubo problema y pudimos pagar en moneda chilena. Al día siguiente, nos dirigimos al banco para ver si podíamos sacar dinero en la oficina pero tampoco pudimos, el propio director de la entidad del Banco de la Nación se disculpó ya que no funcionaba ninguna tarjeta europea con chip y llevaban tiempo reclamándolo.

 

 

Temiendo acabar el depósito de gasolina y sin poder sacar dinero antes, estábamos pendientes de llegar al Chaltén, el siguiente pueblo en nuestra ruta, entre medias solo una gasolinera perdida que por supuesto no aceptaba pago con tarjeta.

Llegamos completamente a cero de combustible al Chaltén, pero por suerte allí si funcionó el cajero pero sólo nos dejaba sacar 2000 pesos por tarjeta y día (unos 122€). Lo que hizo que al día siguiente volviéramos para hacer un par de rondas más de sacar dinero. Teníamos que pagar combustible, alojamiento, comida y no sabíamos si en los pueblos siguientes tendríamos problemas con nuestras tarjetas.

 

 

Al día siguiente, con muchos billetes pero poco dinero en realidad, nos fuimos hacía el Calafate para ver al día siguiente el Glaciar Perito Moreno. Antes llenamos el depósito para no pasar apuros en la inmensa carretera de la Ruta 40. Marta fue la fotógrafa oficial del grupo de moteros que teníamos delante nuestro repostando para realizar la misma ruta.

 

 

En nuestra segunda etapa, ya por la zona norte de la Ruta 40 pasamos por Villa Unión dónde volvimos a llegar sin dinero. Allí nos encontramos un cajero estropeado y el otro que tampoco leía tarjetas europeas. Esta vez estábamos a cero y tuvimos que echar mano de los dólares para pagarnos una habitación para dormir, el propietario del hospedaje nos hizo el cambio a su favor pero no teníamos otra opción.

Por la mañana tomamos dirección a Cafayate, una población más grande y dónde pensamos que no tendríamos problemas para sacar dinero ya que es muy turística. En el Banco de la Nación hicimos una cola enorme para luego llegar y ver que sólo expendía dinero a aquellos que fueran usuarios del banco. Recorrimos otros bancos como el Macro y allí simplemente se había acabado el dinero. En otras cajas los cajeros automáticos no funcionaban o nos daban error.

 

 

Al final explicándoles a la gente lo que nos pasaba y preguntando si había algún banco que diera dinero nos respondieron:

«- A ver… Que día es hoy? Domingo. No hay plata!»

Nosotros no vivimos absolutamente nada de lo que vivieron los argentinos con el “Corralito” pero pudimos entender la frustración que supone perder todos los ahorros de una vida y que luego durante años los bancos te racionen tus ahorros como el padre que da el dinero para chucherías.

Interminables colas diarias en los bancos para sacar dinero, la inflación desmesurada y la inseguridad que transmiten los bancos.